Aquel día hizo muchísimo calor también en Paris y nos dió tiempo de ver muy pocas cosas, solo fueron unas horas en la ciudad.
El Centro Pompidou!... En aquella ocasión recuerdo que no sabía si me gustaba o no aquella mole de tubos de colores, solo recuerdo que me llamó muchísimo la atención, que lo rodeamos casi entero y que terminamos sentadas en la graciosa fuente que hay a las espaldas del Centro.
En esta ocasión, nos hemos acercado al Centro más de una vez...y el último día, que ya me quedé sola en Paris por que Robert volaba de regreso a casa un día antes que yo, entré en el museo... Hubiera pagado la entrada, pero era el primer domingo del mes de julio y ese día el museo era gratis. Cuando vía la cola, no me desanimé por que la observé unos minutos y era bastante fluida.
En el tiempo que permanecí dentro solo me dió tiempo de ver las obras de la última planta, las de 1905 a 1960...busqué un audioguía desesperadamente por dos razones: para enterarme de lo que estaba viendo...y para olvidar por un rato que me había quedado sola en Paris...fué una gran idea, por que la audioguía del Pompidou es genial, muy amena. Disfruté muchísimo de la colección.
Después de un par de horas, y con un poco de empacho de tanta pintura, salí a la fantástica terraza que tienen, !cómo me gustó!... estuve un buen rato sentada allí, oyendo en la audiguía la historia de la construcción del edificio, que me pareció fascinante y terminó por convencerme de que el edificio es apasionante.
Parece que al concurso de construcción del Centro se presentaron arquitectos de grandísima talla internacional, pero al final lo ganaron dos chiquillos, Renzo Piano y Richard Rogers, arquitectos en prácticas. Los aspectos rompedores que determinaron éste proyecto y no otro fueron, por un lado el hecho de que utilizaron solo la mitad del espacio concedido, que planificaron una espaciosa plaza delante del centro para que allí también ocurrieran cosas...y no hay más que verlo, la plaza está siempre, siempre llena de gente, congregada disfrutando de algún espectáculo improvisado...todos sentados en el suelo.
Y por otro, el hecho de que, para tener un espacio más diáfano dentro, el edificio se construyó "al revés", con sus “tripas” volcadas al exterior: escaleras, ascensores, tuberías, vigas y estructura de acero...todo fuera!
Los colores de las tuberías no son otra cosa que un código de colores que distingue las funciones de cada elemento. Las pintadas de rojo cumplen la función de comunicación (ascensores y escaleras), el verde son las instalaciones del agua (fontanería, desagües…), el azul corresponde a la climatización, el blanco a las tomas y extracciones de aire y el amarillo a la electricidad....!Es genial!
Aquella tarde recibí dos llamadas: Robert, que estaba a punto de embarcar y Toña, que quedaba para recogerme y pasar el resto de la tarde juntas... No pudo haber mejor final para mí en Paris!...en mi vida he bebido vino durante tantas horas seguidas...6 horas!...y en el mismo sitio! Fuimos 4: Toña, Isabelle, yo...y Valerié, a la que invitamos a sentarse con nosotras... Una tarde inolvidable!
1 comentario:
Los fotos son magníficos. Ellas muestran bien el efecto del edificio grande con su arquitectura especial.
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